Recetas veganas, consejos y curiosidades para ver la vida desde un lado más verde

Tarta de Queso o Cheesecake crudivegano sin horno – ¡Un postre vegano sin cocinar!

Desde que soy vegana, nunca me he animado mucho a hacer postres o dulces.  Reconozco que cada vez que lo he intentado, ha sido un poco desastre. Pero esta vez he hecho la receta definitiva de Cheesecake crudivegano y sin horno: Una tarta de queso vegana con anacardos y coco como ingredientes principales. ¡Sin gluten y sin cocinar!

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Cheesecake crudivegano - Tarta de queso vegana

Personalmente las comidas muy dulces me suelen cansar bastante, así que le añadí un toque de limón al relleno de la receta, dándole así un sabor más citrico y refrescante al ser además una tarta helada…

La receta es muy sencilla, no necesitas horno, ni calentar o cocinar nada, solamente un procesador de alimentos para picar los dátiles y las almendras,  y para hacer el relleno.

Como esta receta de cheesecake vegana es también muy saciante, la hice en pequeñas porciones individuales, evitando así los excesos y servir trozos grandes que acaben empachando demasiado. Además si sobra no quedará una tarta medio cortada, sino pequeñas raciones ideales para dejar en el congelador para otra ocasión.

Yo usé moldes de silicona, que son fáciles de separar y lavar, pero también podéis usar moldes desechables de aluminio como los que se venden en mercadona para el flan.

No os recomiendo usar moldes de papel, ya que yo lo hice y la tarta pierde la forma, además de que es muy probable que el papel se abra y acabe todo el relleno dando vueltas por el congelador -Os lo digo por experiencia.

Al hacer porciones individuales, si sobra, se puede volver a congelar y guardar para otra ocasión. ¡Y seguirán como el primer día!

Siempre se puede hacer también una tarta grande (unos 20cm de diámetro), en lugar de las porciones individuales. Esta opción es más aconsejable para tartas de cumpleaños, o para llevar a casa de amigos.

Cheesecake crudivegano - Tarta de queso vegana

Esta es una receta compatible con dietas bajas en hidratos de carbono o incluso cetogénicas, ya que su alto contenido de proteínas vegetales gracias a los frutos secos y grasas saludables lo hacen el snack perfecto para el desayuno. Eso sí, ¡No abuses de ellos!

Una vez preparada, esta cheesecake crudivegano se conserva en el congelador durante más de dos semanas. Siempre teniendola preferiblemente en un recipiente hermético o una bolsa de congelación para evitar que coja posibles olores de otros alimentos.

Cheesecake crudivegano - Tarta de queso vegana
Cheesecakes antes de congelar

Es recomendable sacar del congelador las tartas de queso alrededor de una hora antes de comerlas (o el día antes si no se quieren tartas heladas).

Lo ideal es ponerlas en la nevera 1h antes de comerlas para que se ablanden y se quede con una textura cremosa y fácil de desmoldar. ¡Esta receta de Cheesecake crudivegano no se derrite y mantiene la forma!

Tarta de queso crudivegana

¿Ya te ha entrado hambre?, ¡Pues manos a la obra!

 

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Tarta de Queso o Cheesecake crudivegano de anacardos - ¡Un postre vegano sin cocinar! Yum
La receta definitiva de Cheesecake vegano y sin horno: Una tarta de queso crudivegana con anacardos y coco como ingredientes principales. ¡Un postre vegano sin gluten y sin cocinar!
Tiempo de preparación 30 minutos
Tiempo de reposo 2 horas congelación
Raciones
unidades
Ingredientes
Base
Relleno
Tiempo de preparación 30 minutos
Tiempo de reposo 2 horas congelación
Raciones
unidades
Ingredientes
Base
Relleno
Instrucciones
  1. En el procesador de alimentos, triturar los dátiles hasta obtener una bola. Si los dátiles están muy secos, hidratar primero con un poco de agua caliente (unos 5 minutos).
  2. Mezclar los dátiles triturados con las almendras y el coco derretido. Remover bien hasta obtener una bola homogénea con la que poder trabajar.
  3. Poner una base de la mezcla anterior en el molde elegido. Debe ser de un grosor de 1cm aproximadamente. Aplastar bien con un vaso o con los dedos para que quede homogéneo. Si usas moldes de magdalenas como yo, la dosis sería 1 y 1/2 cucharada de café por cada molde.
  4. Añadir en un recipiente la parte más solida de la crema de coco (o leche de coco en otros lugares). Es más fácil si la lata no se ha movido mucho, y aún mejor si ha estado en la nevera, pues el líquido se quedará abajo y la parte más cremosa subirá. Usar una cuchara para coger la crema que usaremos. (cuanto más densa mejor!)
  5. Añadir el resto de ingredientes (sin la crema de cacahuete) y batir hasta obtener una masa homogénea. ¡Ver el Consejo en notas!**
  6. Verter en el molde elegido y congelar durante al menos 4h.
  7. Sacar al menos una hora antes de servir, meter en la nevera. (Aguanta la forma perfectamente, sin derretirse).
Notas de la receta

* Para los que no seáis crudiveganos, si queréis hacer esta receta y no habéis puesto los anacardos en remojo la noche anterior, no os preocupeis: Poned los anacardos en un recipiente que soporte el calor y echadles agua hirviendo y dejadlos cubiertos durante aproximadamente una hora.

** Si os gusta la variedad y la crema de cacahuete, en este paso os recomendaría que batieseis todos los ingredientes, y rellenaseis con ello la mitad de los moldes. Y posteriormente le agregeis al relleno restante la crema de cacahuete, para tener así dos sabores muy distintos.

Se deben sacar una hora antes del congelador para poder comerlas. Si os gustan más cremosas y no tan heladas, sacar el día anterior y guardar en la nevera. ¡Mantienen la forma!



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